En un primer momento, el autor hace un viaje a través de la historia de la franja de Gaza desde tiempos de los faraones hasta nuestros días. Aunque la historia de estos lugares no es el objetivo del libro, un resumen de ésta nos ayuda a darnos cuenta lo increíble de esta zona llamada Oriente Medio desde tiempos inmemoriales. Pero lo dicho: la narración no se concentra en ser un libro de historia.
Por otro lado, Mikel Ayestarán explica su situación familiar y cómo el desempeño de su trabajo como periodista freelance tiene consecuencias directas en el día a día de su familia, ya que ésta ha tenido que trasladarse a vivir a diferentes puntos de la zona.
En este punto me gustaría subrayar con qué humanidad nos narra el autor la situación tan extrema en la que millones de personas afrontan la vida en la franja de Gaza y alrededores siempre haciendo referencia a su situación personal y familiar. Un relato riguroso, pero sin dejar de lado toda la parte de sentimientos que provocan las vivencias que el periodista nos describe en el libro.
Además, esta humanidad se ve reforzada porque las víctimas de toda esa violencia aparecen con nombres durante todo el relato, sin caer en generalizaciones que la mayoría de veces dificulta la empatía tan necesaria en nuestros días.
En definitiva, un testimonio muy personal del trabajo periodístico que Mikel Ayestarán ha llevado a cabo durante las últimas dos décadas en una zona del mundo azotada por situaciones extremas y en la que no se vislumbra ningún futuro alentador que haga pensar que la situación de estas comunidades mejore.
Aritz Grande

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